miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ayer y hoy, igual mañana...


Hoy me desperté sin ganas de nada
sin ganas de despertar, de pararse,
de bañarse, de des-ayunar;
Sin ganas de viajar en un metro hacinado,
de llegar a clases podridas en una facultad drogada;
Sin ganas de risas o lágrimas,
sin ganas de un pulque 
                                    o una cerveza.

Me desperté sin ganas de verte,
sin ganas de sentir el tibio tacto de tu piel,
sin ganas de fumar a tu lado
en algún rincón perdido de la ciudad,
sin ganas de ver al mendigo
que me ruega una moneda,
sin ganas de oler el smog de los autos
que me envenena los pulmones
Como esta bacha,
Sin ganas de caminar calles merderas
llenas de asesinos y ladrones
disfrazados de policías,
Sin ganas de gobernantes pendejos
que roban el dinero de mis bolsillos,
Sin ganas de ver a los conductores
arrollar lo que se les ponga enfrente
Sin ganas de oír la orquesta de
                                                               cláxones,
que perforan mis oídos
                                               sin sentido alguno.

Sin ganas de sentirse vivo,
sin ganas de ver a nadie,
                                               ni siquiera mi reflejo
o a la vecina en sus braguitas;
Sin ganas de platicar o de callar,
de ver noticias que mienten
ni leer novelas que sólo distraen,
Sin ganas de hojear el periódico
para ver cadáveres y putas
                                               siempre lo mismo
cadáveres y putas.
Sin ganas de tocar un instrumento,
ni de oír cualquier canción o de escribir una poesía.

Me desperté sin ganas de nada
y ya me despierto, me paro,
me baño y  des-ayuno;
y viajo en un metro hacinado,
hacia clases podridas en…

domingo, 18 de noviembre de 2012

Estoy solo


Camino en medio de la avenida
Y estoy solo,
La gente se mueve en pequeños grupos
Y yo estoy solo,
Me fumo un cigarrillo
Y estoy solo
Y pienso en escribir esto
Mientras estoy solo,
Beso tus labios
Dulces, nuevos y simples
Y sé que estamos solos:
Tú con tu soledad marina
Profunda como ella sola,
Y con mi soledad desértica
Que arrasa devastadora,
Voy a la escuela
Y sé que estoy solo,
Solo en medio de esta ciudad
Que está desolada,
Viajo en el metro
Y sé que viajo sólo
Con ésta soledad
Que ninguna compañía remedia,
Veo una anciana andrajosa
Y sé que está tan sola como yo;
No sólo se está sin compañía
Sólo se está solo
En medio del tumulto
De sombras deambulantes,
Platico con un amigo
O con un perfecto desconocido
Y es lo mismo
Porque estoy                    solo;
Y es tiempo de
muerte
                                               Y estoy solo,
Es tiempo de                    
                               Guerra
Y estoy solo,
Es tiempo de
                               hambre
                                               Y estoy solo,
Siempre solo,
Sólo conmigo mismo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Estro...


Y es así como de repente, en mitad de la nada, llega el estro y allí si, ni a donde correr y mejor estate quieto; y ves a la señora de enfrente y notas que sus años le vienen bastante bien y ese niño que pasó corriendo, no sabes, pero crees que sonrió y entonces tomas pluma y papel y a escribir que esto se acaba ¿y el encendedor, dónde está?, ahh y todo tranquilo con la pluma en la mano.

                Entonces escribes hasta la saciedad o la incompleción o ve tú a saber hasta donde, pero escribes y escribes y escribes hasta que ya no puedes; y así es cada vez que el numen te da el zarpazo y reaccionas fascinado ante él o ella o yo no sé que cosa que es, y entonces comienza todo el asunto que se va poniendo de lo lindo mientras más palabras vas poniendo sobre el papel y la tinta corre y ¿otro cigarrillo? ¡Pero claro! Y las palabras vienen y devienen en el flujo que ya no lo deja a uno salir y entonces todo muy lindo.

                Pero llega el momento y ya sabes que después de ese punto, o al final de esa oración, o justo después de el beso de la noche o que importa donde, es lo mismo, sólo sabes bien que en algún momento, cuando, ya casi estoy vació, o ¿Qué palabra rima con cautela?, o al final de ese cigarro se asoma el monstruo que devora al numen y que te deja perplejo y con ganas de seguir escribiendo, versando, cantando, componiendo, es todo lo mismo: quién sabe, a lo mejor ese sea un punto final o…

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Blood Tea And Red Strings


Es de noche y la luna brilla,
Y estoy tendido en mi cama
Pensando en ti,
Soy yo, la criatura que vive bajo el roble,
Soy yo el que te sigue
A cualquier lugar que me lleves,
Ese que descifra lentamente tu cuerpo
En medio de la obscuridad,
Ese que se hunde en tus ojos,
Que besa tus labios dulces
Tan nuevos y tan conocidos.

Vamos a la ciudad amor mío
A ver como enciende sus luces
Para defenderse de la noche,
Llévame a algún lugar lejano
Donde pueda desentrañar tu sonrisa
Que esconde tantos misterios,
Tu sonrisa simple y liviana
Como el viento que sacude tu cabello
Y levanta recuerdos con
                                               olor a tabaco.

Soy ese que no sabe aún
Como llegaste a mi lado,
O como es que te cuelas en mi cabeza,
Como es que haces que la tarde
Se vuelva más placentera,
¿Qué más te puedo decir amor mío?
¿Qué más te pueden decir mis ojos,
Mis manos que son como hidras,
Mi triste carne amortecida?
Soy ese loco que te busca en la noche,
Que ve tu cuerpo en una canción,
Tus ojos en medio de un libro,
Soy ese que te invita un cigarro
Como pretexto para estar contigo,
Soy ese que te da una hoja seca
En mitad de un bosque en otoño,
Ese que atesora tus miradas
Porque tus ojos me encantan,
Soy ese que va huraño por el mundo
Y que logras hacer sonreír,
Soy ese que te sigue desde
Hace más de medio año,
Ese que te recita a Sabines
Debajo de un árbol mientras duermes,
Ese que te lee a Huidobro mientras
La marihuana nos hincha las sienes,
Soy ese que te susurra al oído
En mitad de la tarde
¿Estás bien amor?
Mientras nuestros cuerpos se encuentran

Simplemente mujer amada
Soy ese que comparte contigo
un cigarro
una tarde
un momento
un museo
un poema
un pulque
una historia
una hoja seca
un gallo
un libro
una canción
un silencio
y todo eso
porque
te
quie
ro.

Y mis manos se desprenden...


Y mis manos se desprenden
De tu tibia piel morena,
Mis dedos gritan tu ausencia
En esta colilla que tiro al suelo,
Mis manos como hidras desorientadas
Que quieren atrapar tu último suspiro
En medio de la ciudad
derrumbada.

Y mis ojos se tornan
detrás de tu sombra, anhelantes,
Mis ojos que descubrieron tus secretos
Uno a uno y sin prisas,
Mis ojos que ahora se cierran
Porque la belleza se les esfuma,
Mis ojos que buscan la luminaria
                                                               de los tuyos.

Y mi cuerpo se destruye
En éste proceso de la ruina,
Mi cuerpo que una vez te tuvo
Y que a éstas alturas
Aún no se acostumbra
A ésta prisión de viento,
Mi cuerpo que queda solo
En medio del tumulto
De seres imbéciles que me rodean,
Mi cuerpo…
Mi triste y podrido cuerpo
                                               que dejaste incompleto.

Y mi cerebro pregunta
¿Dónde estás?
¿Te he de encontrar?,
Mi cerebro que aún te busca
En medio de un libro,
Que te reconstruye en la obscuridad
Mientras el humo me llena los pulmones
Y mi cerebro sigue lleno
                                               de recuerdos.

Mis labios que están secos
Y que quieren beber algo,
alcohol, veneno, agua, tu saliva,
es todo
                lo mismo,
Mis labios ésta herida que no cierra,
Que quieren decir algo,
Te odio, te amo, te quise, te extraño,
Es todo
ya inútil,
Mis labios aún saben a ti
En el regusto de esta
                                               pipa.

Así es la soledad, amor mío,
Así es después del desastre
En esta habitación
Que ya huele
                               a marihuana.