domingo, 7 de agosto de 2016

Éxodo Citadino

Estoy en mi ventana escuchando al vagabundo cantar
Sumido entre farolas siniestras mi cabeza se agobia
Sobre un cuarto piso lejos de las miradas y los automóviles
Más allá de la cortina el aire es veneno, en el televisor hay veneno,
Pues la ciudad es cobardía, corrupción, dinero y veneno.

Verano y la ciudad enfermó de enfermarme
Un hombre se volvía 60 horas a la semana una máquina
Y fue asesinándose hasta convertirse en papeles sucios
Después de las 4 de la mañana sólo las entrañas siguen andando
Tránsito silencioso debajo de la piel de piedra y electricidad

Las calles quebradas resuenan a detonaciones y policías
Debajo de neones parpadeantes las cortesanas ríen con disimulo
La luna se escondió detrás de las antenas
Mientras el humo respiraba en los balcones de la madrugada
Un refugio secreto visible desde todo lo largo de la calle

Salir, salir, salir, no vuelvas la mirada o se volverán sal tus ojos
No vuelvas los pasos sobre tus huellas cansadas o tropezarás
No vuelvas el rostro hacia la miseria o tendrás llanto todo el camino
Salir, salir, salir, mis pies abandonan tus monolíticos rascacielos
Y entre neurona y neurona resuena tibio el oleaje del mar

Estoy en mi ventana del cuarto piso y el frío es una aguja triste
Estoy en mi ventana del cuarto piso deslizándome al mar sin que nadie lo sepa
Estoy en mi ventana del cuarto piso y el mundo es un caleidoscopio desenfrenado

Estoy en mi ventana del cuarto piso en el que no sucede nada, ni siquiera el silencio.

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